Barbie de carne y hueso… y Ken

<p><i>C’ mon Barbie, let’s go party!</i> cantaban los daneses Aqua en su mítico himno de los años noventa <i><b>Barbie Girl</b></i>. Una canción que hacía referencia en su letra a lo maravilloso que es vivir en un mundo de plástico en el que te visten y peinan a diario. <b>Una oda irónica al hecho de ser tratada como una mujer florero</b>. Un éxito que revolucionó el mundo de la música convirtiéndose en uno de los <i>singles</i> más vendidos de la historia y que enfadó muchísimo a Mattel, que acabó llevando a los artistas a los juzgados muy molesta por presentar a su gallina de los huevos de oro como una mujer tonta y básica. Ahora, abrazada por la marca de muñecas como un gran <i>hit</i>, la canción ha sido actualizada e incluida sin miramientos entre los temazos que suenan en <b>la cinta protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling</b>… Y es más, os diría que casi ha servido de inspiración para el guion de la peli.</p><p>Divertida, musicalmente fantástica, rosa, muy rosa, y con un claro mensaje de lucha contra el patriarcado, la esperadísima película del año llega a la gran pantalla como <b>un gran bofetón con la mano abierta a una parte de la sociedad que permanece ciega</b>, o con los ojos tan vendados como para ser incapaz de ver que a las mujeres aún les queda mucho trabajo por hacer. Sin rodeos. <b>Con críticas políticas y sociales</b>, Barbie abandona su mundo de fantasía para darse un garbeo por el mundo real dándose cuenta de que nada es como lo pintan. Aún queda mucho por hacer. ¿Se puede hacer activismo desde la superficialidad de <i>Barbie</i>? Sin duda. En esta peli, que es además una delicia visual, <b>se grita fuerte a favor de la diversidad y el feminismo</b> y en pro de una sociedad donde todos, todas y <i>todes</i> tengamos un hueco sin techos de cristal y con las mismas oportunidades. Para mayores y pequeños. Digna de ser vista (y analizada) antes de ir a votar el domingo.</p>