China está empezando a jugar un papel muy activo en el contexto de la invasión rusa de Ucrania. El gigante asiático quiere ser el mediador en el conflicto y por lo pronto Xi Jinping ya ha recibido la invitación del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, para que viste Kiev y de esta forma poder tratar el camino si no hacia la paz al menos hacia una ahora lejana mesa de negociaciones. Eso sí, Ucrania quiere marcar el paso y buscaría que Pekín valide su propio plan por encima del presentado por China.
Zelenski habría hecho un llamamiento al Xi, el cual sigue siendo uno de los aliados más estrechos del presidente de Rusia. “Estamos dispuestos a verle aquí. Quiero hablar con él. Tuve contacto con él antes de la guerra. Pero durante más de un año, no lo he tenido”, sostuvo Zelenski en una entrevista con Associated Press. Este paso se da además en un momento que coincide con la visita a Pekín del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a pocos meses de que España asuma la presidencia rotatoria del Consejo de la UE.
A principios de mes, el líder chino hacía una visita de Estado a Rusia, entonces un funcionario ucraniano declaraba para el medio anteriormente citado que Ucrania estaba “manteniendo conversaciones” con China. El objetivo era programar una llamada entre Xi y Zelenski para discutir la propuesta de paz de Pekín. Kiev ya habría invitado con anterioridad y de manera pública al gigante asiático a participar en el proceso de paz ideado por Ucrania para poder alcanzar el fin de la guerra.
Por otra parte, Zelenski también ha aprovechado la entrevista para hablar de la batalla de Bajmut. El presidente ucraniano ha afirmado que la caída de la región podría hacer que aumentasen los apoyos internacionales a Rusia. La derrota podría ayudar a Putin a “presionar” con mayor agresividad.
“Putin vendería esta victoria a Occidente, a su sociedad, a China, a Irán… si siente algo de sangre, si huele que somos débiles, empujará“, declaraba Zelenski en la entrevista. El presidente de Ucrania también ha hablado sobre la ayuda prestada por Estados Unidos y ha repetido en varias ocasiones, que si el país norteamericano retirase su apoyo, los ucranianos no tendrían posibilidades de ganar la guerra.
Precisamente China cuenta con un componente propio en clave de su lucha con Estados Unidos. “China quería un conflicto corto, que no tenga ningún tipo de repercusión a nivel doméstico”, explicó a 20minutos la investigadora del Cidob Inés Arco. En este sentido, la analista recuerda que hay “un elemento de descontento por los efectos de la guerra, con un impacto negativo también a la imagen de China por la posición ambivalente”. Al final, dice, “esta guerra no beneficia a China como no beneficia al sur global”.
Pekín además quiere aportar “competitividad para intentar ganarse precisamente a los países del sur global que buscan esa paz, frente a Estados Unidos, que no está en posición de mediar”. El gigante asiático es el mediador tranquilo. “China intenta mostrarse como un país responsable a expensas de lo que está haciendo Washington. Pekín muestra que EEUU está avivando la guerra. Es también una competición sobre narrativas”, termina Arco, que considera que “realmente lo que va a marcar si estamos viendo un cambio en el papel de China es si finalmente se produce la llamada de Xi a Zelenski”. Esa llamada, según el presidente ucraniano, ya se ha dado en sentido contrario. Ahora Pekín tendrá que responder.
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