Las marcas halladas en el cuerpo de Joaquín Sperani indican que el joven podría haber muerto por un golpe contundente en la cabeza. Cerca del cuerpo, los agentes hallaron un hierro y unos ladrillos con los que se podría haber producido la agresión.
Un primer informe de la autopsia determina que la víctima no llegó a defenderse y que, su agresor, le habría propinado al menos 10 golpes, el primero de ellos por la espalda.
Los dos amigos estaban cursando el tercer año en el Instituto Provincial de Enseñanza Media. El pasado jueves fue la última vez que vieron a Joaquín con vida, su bicicleta se encontraba en la escuela pero no había ni rastro de él dentro del centro educativo.
Unas cámaras de seguridad captaron a la víctima y a su presunto asesino caminando juntos. El detenido tenía en su posesión el teléfono de Joaquín e intentó desorientar a los investigadores en todo momento. En las primeras declaraciones aportó datos incorrectos sobre el camino que habían seguido tras salir de la escuela y a donde habían ido.
“[El testigo] decía una cosa, después decía otra, estuvimos trabajando con él todo el día sábado y el viernes. Pero también es un mecanismo de defensa de quien puede ser el supuesto autor de un hecho de tal magnitud que lo niegue”, afirmó el comisario mayor Enrique Carreras.
La madre de la víctima denuncio su desaparición el jueves por la noche y la Policía inció la búsqueda. Un vecino que vive cerca de la casa abandonada donde se encontró el cuerpo recomendó a los primos de la víctima que buscasen allí.
El presunto asesino habría actuado solo y Joaquín habría muerto el mismo día que desapareció, según la Policía.
Por el momento no se conocen los motivos del joven para atacar a su amigo. Junto con otra compañera del instituto eran conocidos como ‘los tres mosqueteros’ y nunca tenían discusiones. “Todavía no caigo. Nos juntamos en casa, andábamos juntos por todos lados con los padres y con él”, afirma Martín Sperani, el padre de la víctima.
El presunto asesino no puede ser sometido a proceso penal por ser menos de 16 años. El caso pasará al juzgado penal juvenil para que continúe con la causa y se determine cual será el futuro del chico.
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