El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, estrena la Presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. Y lo hace fijándose como uno de sus objetivos principales cerrar el pacto de migración y asilo pese a la complicación que aguarda la negociación, como quedó demostrado el pasado viernes con el desencuentro de los Estados miembros por las posiciones díscolas de Hungría y Polonia. Para ello, el Gobierno cuenta con seis meses, toda vez que Suecia, quien ostentaba hasta junio la Presidencia europea, cerró algunas partes del pacto. Por ejemplo, se acordó que cada país deberá acoger 30.000 solicitantes de asilo, debiendo pagar 20.000 euros por cada refugiado no aceptado aquellos que se nieguen.
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