Creo que es de las cosas más difíciles que nos toca hacer en la vida y para la que no nos preparamos en absoluto: saber envejecer. Puede que a usted, como a mí, le queda todavía mucho, pero no tanto como hace 10 años o 20. Y ahí puede que esté parte del problema. La vejez nos pilla a traición, poco a poco va creciendo su sombra mientas nosotros seguimos mirando para otro lado, creyendo que seguimos siendo esos adolescentes hambrientos por comernos la vida. Pero la vejez, si tenemos suerte, hay que afrontarla y, escuchando a quienes ya están ahí, no parece algo sencillo.
El otro día mi suegra me envió por wasap una oración que le habían dado en la parroquia. En realidad, es una petición, como tantas que se hacen en misa, en este caso para que Dios le ayude a entender el momento vital que le está tocando vivir, que le ayude a comprender cómo afrontarlo, que le dé fuerzas para saber envejecer. Está a punto de cumplir 91 años, y porque su DNI y su cuerpo se lo recuerdan cada día, ¿si no?, si no, créanme, su espíritu y sus ganas de vivir rebajarían su edad a los 19.
Quítame el orgullo de mi experiencia pasada y el creerme indispensable
“Enséñame a envejecer, a entender que no son injustos los que ya no me piden la opinión, los que llaman a otro para que ocupe mi puesto. Quítame el orgullo de mi experiencia pasada y el sentimiento de creerme indispensable. Pero ayúdame para que siga siendo útil a los demás contribuyendo con mi alegría al entusiasmo…”. La oración sigue con una plegaria, mucho más religiosa. Pero toda esa parte inicial me parece deliciosa. Ayúdame a quitarme el orgullo de mi experiencia pasada. Creo que eso lo deberíamos repetir siempre, no solo cuando lleguemos a esa etapa vital.
La peor parte de todo es saber que hoy estarás mejor que mañana
El domingo Maruja Torres le decía a Évole que hay que ser más valiente para ser viejo que para ir a la guerra, y no le falta razón. «El que va a la guerra cree que va a sobrevivir pero el viejo sabe que su decrepitud avanza». Y seguramente esa es la peor parte de todo esto, saber que hoy estarás mejor que mañana y que lo que haces hoy, lo que viajas, lo que sales y entras, puede que mañana ya no sea posible, porque la salud, inevitablemente, juega contigo.
Maruja Torres hizo el domingo el mejor alegato de la vejez que he escuchado nunca. Defendía que sigues siendo el mismo hombre o la misma mujer que fuiste; sigues teniendo el niño o la niña que un día fuiste, y eres tan joven como lo fuiste en tu adolescencia “porque todo te sucede por primera vez”. Cada día es un regalo, y esto es maravilloso para grabárselo en el corazón: “Cada edad tiene su reflexión, su éxito y su miedo”. Solo hay que saber lidiar con ellos y no dejar que te arrastren. Hay que saber controlar ese miedo, ese dolor, “llevarlo con la correa corta”. Aprendamos a no dejarnos arrastrar por lo que nos duele e intentemos disfrutar con lo que nos hace felices.
More Stories
Kasyna online w Polsce – przewodnik dla graczy
Раменбет Ramenbet Официальный Сайт Регистрация
Crazy Time Live: Statistiche, Risultati Elizabeth Tracker Aggiornati”