¿Qué pasó con el gigante convoy ruso que fracasó en su intento de tomar Kiev? De la ‘blitzkrieg’ a un infierno de lodo y radiación

En los primeros días de la invasión de Ucrania, un gigantesco convoy militar ruso se dirigía amenazante hacia Kiev con una misión: tomar la capital ucraniana por la vía rápida. Las primeras imágenes de satélite de este contingente se empezaron a difundir hace justo un año: estaba formado por tanques, camiones y otros vehículos blindados, y llegó a medir más de 50 kilómetros de largo, una distancia como la de Madrid a Guadalajara. Pero a pesar de su dimensión, fracasó estrepitosamente.

La blitzkrieg (guerra relámpago) ideada por Putin se convirtió en una ratonera para las tropas rusas, estancadas a las afueras de Kiev, sin posibilidad de avanzar y con graves problemas de suministro. Aquella interminable caravana de blindados acabó dispersándose por los alrededores de la capital ucraniana y subsistiendo un mes en malas condiciones hasta que finalmente se retiró.

Diez batallones del ejército ruso atascados

La columna de blindados rusos penetró en Ucrania desde territorio bielorruso por varios pasos fronterizos y convergió en la localidad de Ivankiv, un importante cruce de carreteras al noroeste de Kiev. Llegó a medir 56 kilómetros y estaba formada por diez batallones del ejército ruso, con unos 1.000 tanques, 2.400 vehículos mecanizados y alrededor de 10.000 militares. Ese ingente convoy estuvo prácticamente parado durante días a lo largo de una de las principales carreteras de acceso a Kiev, como así lo demostraron las imágenes de satélite.

El principal enemigo del ejército ruso fue la logística porque sus tropas tuvieron problemas con el suministro de combustible, de alimentos y de recambios mecánicos. Según el Royal United Services Insititute, un think tank británico especializado en Defensa, el Kremlin mantuvo en secreto esta operación hasta pocos días antes de lanzar la invasión y ese secretismo contribuyó a que sus tropas no estuvieran pertrechadas adecuadamente.

Tampoco contó Putin con la eficaz resistencia ucraniana, que practicó una política de ‘tierra quemada’ en su repliegue hacia Kiev, volando puentes y gasolineras, saboteando la señalización de las carreteras y bloqueando algunas vías.

Los vehículos blindados rusos tampoco estaban equipados con neumáticos de invierno o cadenas y cuando trataron de avanzar campo a través se quedaron atrapados en el barro y el hielo. Su única posibilidad era circular por el asfalto, lo que se tradujo en un monumental atasco de 56 kilómetros.

Ataques ucranianos y sangrientas represalias

Durante su lento avance hacia Kiev, las tropas rusas también sufrieron ataques de la artillería ucraniana e, incluso, de milicias de civiles armados que golpearon a los invasores a su paso por algunos pueblos.

Ante la imposibilidad de rodear y asaltar la capital por la vía rápida, y una vez asumido el fracaso del plan inicial, el ejército ruso acabó dispersándose por el noroeste de Kiev y tomó varias localidades del extrarradio, como Bucha o Irpin, donde se libraron durísimos combates.

Los soldados de Putin permanecieron en esas ciudades varias semanas en las que perpetraron ataques indiscriminados contra la población civil y auténticas carnicerías que la ONU ya ha calificado como crímenes de guerra. En Bucha se han hallado fosas comunes en las que fueron enterrados cientos de civiles asesinados presuntamente por miembros de la 64.ª Brigada de Fusileros Motorizada del ejército ruso, una unidad enviada a Ucrania desde el extremo oriente de Rusia.

Afectados por la radiactividad de Chernóbil

Uno de los primeros objetivos del ejército ruso en su avance hacia Kiev fue la toma de la central nuclear de Chernóbil, situada a solo 20 kilómetros de la frontera bielorrusa, pero muchos soldados que participaron en esta misión recibieron altas dosis de radiación sin la protección adecuada y podrían desarrollar enfermedades en el futuro.

La razón es que las tropas rusas avanzaron hacia la central de Chernóbil a través del llamado ‘bosque rojo’, una zona de exclusión donde se concentran los mayores niveles de radiación provocados por el accidente nuclear de 1986. Se llama así por el color rojizo que adquirieron los árboles debido a la radiación que recibieron tras la explosión del cuarto reactor y el acceso está totalmente restringido.

Pero las tropas rusas no solo atravesaron este bosque, sino que permanecieron acampadas varios días e, incluso, removieron tierra para cavar trincheras, según la inteligencia ucraniana. Trabajadores de la central de Chernóbil declararon en la agencia Reuters que los soldados rusos no usaron equipos de protección para atravesar el ‘bosque rojo’ y que sus blindados levantaron enormes columnas de polvo que, sin duda, inhalaron las tropas.

Las autoridades ucranianas aseguraron en su momento que Moscú llegó a evacuar hasta siete autobuses de soldados contaminados por radiación, que fueron trasladados al Centro de Medicina Radiológica de Gomel, en Bielorrusia.