“Me voy porque me da la gana y volveré cuando se me antoje”, anunció el escritor Fernando Sánchez Dragó, fallecido este lunes a la edad de 86 años, hace una decena de años.
Polémico, prolífico, provocador, premiado, aplaudido, criticado… Muchas hazañas y muchas contradicciones en su currículum personal y literario, aunque lo que le terminó de dar una incuestionable popularidad fue su paso por la televisión, como presentador y contertulio, y el uso de las redes sociales. Dragó convirtió estas últimas en su escenario preferido y su altavoz, donde decía lo que quería sin poner filtro alguno y usando para ello toda su ironía, cultura o ternura.
Paradójicamente, la última imagen servida por el propio Dragó horas antes de su muerte fue la de su felino -uno de sus animales predilectos- subido sobre él y publicada en su cuenta de Twitter: “El gato Nano me da los buenos días. Él sabe que en la cabeza está el secreto de casi todo”.
El gato Nano me da los buenos días. Él sabe que en la cabeza está el secreto de casi todo. pic.twitter.com/n0ZsbENS55
— Fernando Sánchez Dragó (@F_Sanchez_Drago) April 10, 2023
Ganador del Premio Planeta en 1992
Licenciado en Filología Románica y Lenguas Modernas (italiano), Sánchez Dragó atesoró desde ensayos hasta novelas, libros de viaje y volúmenes de pensamiento, como su magno estudio en cuatro volúmenes publicado en 1978, Gárgoris y Habidis. Una historia mágica de España (Hiperión) hizo despegar su carrera como ensayista y mereció el Premio Nacional de Literatura en la categoría de Ensayo.
Su primer libro lo publicó Muchnik Editores: España viva (1967). Entre sus extensos trabajos destacan otros títulos como Las fuentes del Nilo, El camino del corazón, Eldorado, La prueba del laberinto –con la que ganó el Premio Planeta en 1992–, Muertes paralelas –reconocida con el Premio de Novela Fernando Lara en 2006– y Soseki, inmortal y tigre, dedicado a su gato llamado así.
Un viajero infatigable
A lo largo de su carrera recorrió el mundo gracias a su labor como enviado especial en destinos de Asia, África y América. Además de su labor literaria, ejerció como periodista en medios de comunicación escritos y audiovisuales.
En el exterior, formó parte de la plantilla de la RAI (Radiotelevisión italiana) y de la NHK (Japanese Broadcasting Corporation). En 1955 fundó la Revista Aldebarán y fue columnista de las revistas del Grupo 16, en las que creó el suplemento de libros Disidencias.
En su trayectoria figuran a su vez la Cadena SER, Radiocadena (donde obtuvo el Premio Ondas 1988 por su programa El mundo por montera), RTVE (con formatos como Encuentros con las letras, Biblioteca Nacional, La tabla redonda y Libros con Uasabi) y Telemadrid, donde presentó el espacio literario Las noches blancas. También ejerció largamente la docencia como profesor de Lengua y de Literatura, entre otras materias.
Relación con Vox
La muerte ha atrapado por sorpresa a Sánchez Dragó en su pueblo, donde, según sus palabras, las paredes de su vida “son la soledad y el silencio”, en referencia a su apartada vida de lo social. Allí ultimaba el discurso que iba a pronunciar el 21 de abril para recibir el Premio de las Letras, entregado por la consejería de Cultura de Castilla y León, en manos de Vox.
Su buena relación con el partido de Santiago Abascal -de quien escribió un libro- recobró mucho protagonismo hace escasas semanas, cuando fue él quien propuso a su amigo Ramón Tamames como candidato a la presidencia del Gobierno en la moción de censura celebrada contra Pedro Sánchez.
Tamames y el fallecido habían convivido juntos en el partido comunista y compartieron cárcel en los 50 a raíz de las revueltas estudiantiles en las que ambos participaron. Ambos forjaron una relación de respeto y devoción rota solo por el reciente fallecimiento del escritor.
Amor a Japón
Deja Dragó para la posteridad un glosario infinito de perlas, sentencias y frases explícitas sobre el sexo -uno de sus temas predilectos y que más debates ardientes han encendido-; también sobre la amistad, la política, los animales, su Soria querida, Oriente, Occidente, la guerra, la verdad y la libertad, por citar varios ejemplos de los que su abundante prosa abordó.
Recorrió como viajero más de 100 países. Su meca fue Oriente, en particular Japón, a donde fue en infinidad de ocasiones y al que ha dedicado buena parte de sus títulos. Es más, se consideraba a sí mismo “un escritor más oriental, que occidental y un autor japonés más que español, ya que la llamada que recibe de Oriente es poderosísima”. Entre sus influencias está el hecho de que abrazó, al menos de forma estudiosa, el hinduismo, el budismo y el taoísmo. Por encima de los más de 40 libros que firmó a lo largo de su vida, estuvo siempre su poderosa, crítica y voraz pasión lectora.
Padre de la escritora Ayanta Barilli
Casado y divorciado en cuatro ocasiones, fue padre de cuatro hijos, cada uno de madre distinta, entre ellos la escritora Ayanta Barilli, quien fue finalista del Premio Planeta en 2018 con Un mar violeta oscuro. Con su padre escribió a cuatro manos Pacto de sangre (2012). El menor de los hijos de Dragó tiene 10 años y nació en 2012, cuando el escritor tenía 75 años.
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