Mercedes vuelve al negro con un diseño vertiginoso para recuperar el trono

Más de un lustro en la cima no se olvida de un plumazo. Mercedes sufrió muchísimo la temporada pasada, con un monoplaza que no permitió a sus pilotos, Lewis Hamilton y George Russell, luchar por el título. La escudería alemana no quiere repetir un año como el anterior y ha trabajado duro para fabricar un coche espectacular, con cambios importantes, que sirva para volver a lo más alto.

El cambio que más destaca a simple vista es el color: abandona el gris plateado para apostar por el negro con leves detalles en verde. No es una cuestión meramente estética, sino que tiene que ver con el peso del monoplaza.

“Teníamos sobrepeso el año pasado. Este año hemos tratado de averiguar dónde podemos exprimir cada gramo“, ha apuntado Toto Wolff, jefe de equipo, que ha detallado que “tiene algunas piezas de carbono en bruto, junto con algunas pintadas de negro mate”.

El F1W14 “conserva el ADN” de su predecesor, reconoce Mercedes, aunque se han hecho modificaciones significativas para conseguir un coche mucho más competitivo que el del año pasado. “Se ha mantenido el concepto fundamental del W13 y el desarrollo se ha centrado en áreas de rendimiento fundamentales”, apunta la escudería.

El chasis ha cambiado, han recuperado unos pequeños pontones a los laterales y toda la suspensión delantera es diferente, han explicado los ingenieros, con el objetivo de solucionar el ‘porpoising’ que tanto daño les hizo en 2022. También el morro ha sido modificado, pasando a una forma achatada.

La escudería alemana quiere recuperar la senda ganadora con esta versión ultramejorada del coche de la temporada pasada, cuando fueron mejorando notablemente con el paso de las carreras y consiguieron la primera victoria de Russell en su carrera y un tercer puesto para Hamilton.