Las cositas de Ana…

¡¡Enhorabuena!! Empecemos por ahí. Enhorabuena a una luchadora que, después de haber estado hundida tras recibir el golpe más duro que puede llevarse una madre, vuelve a sonreír y a tener ilusión. Enhorabuena a una mujer que, en un mundo tremendamente machista, sigue haciendo lo que le viene en gana. Enhorabuena a una artista fantástica e irrepetible que, una vez más, vuelve a ponerse el mundo por montera generando el contenido y el debate social que otros llevan años intentando liderar y no consiguen. Ana Obregón, nuestra verdadera reina de corazones, vuelve a ser madre a los 68 años de edad. O eso dice ella.

Queriendo dejar a un lado el controvertido, y muchas veces desinformado, tema de la gestación subrogada, no quisiera juzgar yo a nadie por tener un hijo. Si bien es cierto que, por su edad, puede parecer un disparate, también es cierto que a otros, principalmente a otrOs, con una “o” bien marcada, no se les critica tanto ni por lo uno, ni por lo otro. ¿Se criticó tanto al mítico y ‘graciosisssísimo’ Papuchi cuando fue padre con 90 añazos?

Ana Obregón ha vuelto a ponerse en el foco mediático y, tal y como ocurrió con la sobreexposición en la prensa de su querido e irremplazable hijo Álex, traerá consecuencias. En su momento se habló de la protección de los menores y ahora se hablará de la gestación subrogada, de la edad y de las capacidades que debería tener una persona para ser, o no, padre. ¡Que se abra el melón!

A la pequeña Ana, puede que algún día le falte una madre, como a tantos otros niños y niñas, pero nunca le va a faltar techo y amor. Y aunque lo que más le falta a Ana (madre) no se lo va a poder devolver Ana (hija), pienso que todos hablamos de esto simplemente por el hecho de que es mujer. Una más de micromachismo. Insisto: ¡Enhorabuena, Ana!