El lunes, 23 de enero, SpaceX realizó el primer intento de cargar un cohete Starship apilado con propulsores en las instalaciones de en Boca Chica (Texas). El cohete medía 120 metros, estaba sostenido por los brazos mecánicos de la torre de lanzamiento y tragó metano líquido y propulsiones de oxígeno .
Esta prueba marcó un hito importante para llevar a cabo un eventual lanzamiento orbital en el futuro. Durante el ensayo, el cohete estuvo cargado con propulsores mientras los equipos de tierra ensayaban la cuenta regresiva (no hubo un encendido de motores y tampoco se produjo el lanzamiento).
SpaceX escribió en su cuenta de Twitter que “Starship completó su primer ensayo general húmedo similar a un vuelo en Starbase. Esta fue la primera vez que un barco y un propulsor integrados se cargaron por completo con más de 10 millones de libras de propulsor”, añadiendo que la prueba “ayudará a verificar una secuencia de cuenta regresiva de lanzamiento completa, así como el rendimiento de Starship y el plataforma orbital para operaciones similares a las de un vuelo”.
La empresa de Elon Musk realizó pruebas ilimitadas de fuego estático del propulsor, y el próximo hito, será una prueba de fuego estático en el que se encenderán los 33 motores Raptor para que el cohete se convierta en el más poderoso de la actualidad.
Today’s test will help verify a full launch countdown sequence, as well as the performance of Starship and the orbital pad for flight-like operations
— SpaceX (@SpaceX) January 24, 2023
Una prueba exitosa de fuego estático concluiría las pruebas y prepararía el lanzamiento orbital inaugural de Starship a finales de febrero. SpaceX quiere posicionar el cohete para llevar personas, cargas y satélites a la órbita de la Tierra, la Luna y Marte.
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