La foto tras un año de guerra no cambia: Putin y Biden confirman la vuelta al mundo bipolar y discrepan sobre la amenaza nuclear

Una de las frases más repetidas en el último año es que el mundo ha vuelto a un esquema bipolar liderado en cada lado por las mismas potencias que protagonizaron la Guerra Fría: Rusia -entonces URSS- y Estados Unidos. Salvando (mucho) las distancias, la foto después de un año de invasión de Ucrania por parte del Kremlin es bastante clara. Por una parte, Vladimir Putin y su Rusia “invencible” frente a Occidente; por otra, Joe Biden, primero en Kiev y después en Polonia, erigiéndose como el guardián de las intenciones de Volodimir Zelenski y de su bloque de aliados.

“Quieren infligir una derrota estratégica contra nosotros. Por eso tengo que anunciar la suspensión del tratado. No hay conexión entre el asunto del START y el conflicto de Ucrania u otras acciones hostiles de Occidente contra nuestro país”, dijo Putin en su discurso a la nación, en la parte más relevante de sus dos horas de mensaje. Para Moscú todo lo que sucede es culpa de Washington. Así, Putin cree que Rusia “debe estar preparada para realizar ensayos nucleares si Estados Unidos los lleva a cabo primero”.

El presidente ruso dice tener claro cuáles son los verdaderos planes de Occidente. “Nos quieren derrotar y al mismo tiempo examinar nuestras instalaciones nucleares”, aseguró, tras un discurso en el que no dio grandes novedades más allá de un incremento de la tensión en un momento en el que Rusia acaba de comenzar una nueva ofensiva (o al menos así lo ven tanto Ucrania como la OTAN). En ese escenario, Putin avisa: Rusia logrará “paso a paso” todos sus objetivos.

Biden, en el otro extremo, recoge el guante. “La OTAN está más fuerte que nunca”, sostuvo desde Polonia, pero eso no quiere decir que Occidente vaya a atacar a Rusia. Estados Unidos volvió a negar esa posibilidad, y no alimenta la sombra tampoco de un enfrentamiento nuclear. Pero eso no quiere decir que el apoyo a Ucrania vaya a acabarse. “No nos vamos a cansar”, aseguró el presidente de EE UU porque los aliados de Kiev tienen “un compromiso con los principios más básicos, como la soberanía de las naciones, la democracia o el derecho de la gente a vivir libre”.

Moscú, mientras, tilda de “inútiles” los intentos de los “antiguos colegas occidentales” por “salvar al régimen nazi”, deslegitimando así la asistencia a Ucrania de las principales potencias occidentales. Pero la escalada verbal -mientras se da otra bélica sobre el terreno- vuelve a ser importante. “Las democracias del mundo están más fuertes. Porque en esos momentos de incertidumbre, la gente sabe qué es lo que tiene que defender“, dijo Biden, alegando además que Putin, definido por el presidente de EE UU como “un autócrata” solo entiende una respuesta: “No”.

Fuera del anuncio sobre el START III, ninguno de los dos ha dicho nada que no se hubiera dicho ya. Las menciones a la guerra nuclear llegaron desde Rusia, mientras Biden se centró en dejar claro una y otra vez que el apoyo a Ucrania no se va a terminar. Y da igual cuánto se alarguen las hostilidades. Además, el líder norteamericano celebró por ejemplo que Europa se esté deshaciendo de la dependencia energética de Rusia y que la OTAN se haya rearmado para hacer frente a la amenaza llegada desde Moscú.

Con todo, la intencionalidad de los discursos no tienen la misma base. Pasado frente a presente y futuro. “Las promesas de los gobernantes occidentales, sus garantías sobre el deseo de paz en el Donbás resultaron ser, como ahora vemos, una falsedad, una cruel mentira“, aseveró Putin, agarrado al pasado y anclado también en un concepto, el de “desnazificación” de Ucrania, que fue la excusa para iniciar la invasión el pasado 24 de febrero de 2022. “Y quiero enfatizar que incluso antes del inicio de la operación militar especial, Kiev estaba negociando con Occidente el suministro de sistemas de defensa aérea, aviones de combate y otro equipo pesado a Ucrania”, sentenció.

Rusia y Estados Unidos ven el mundo de manera radicalmente diferente, y así lo dicen Putin y Biden cada vez que tienen un cara a cara implícito, como en este caso. Todo comunica, y más en tiempos de guerra. Putin fue amenazante en su mensaje. Biden, desde Polonia, optó por la contundencia. Estados Unidos no quiere “un mundo gobernado por el miedo y la fuerza”; Rusia no quiere que Occidente la acorrale. Eso es lo que sienten desde el Kremlin. Lo dicho, distancia sideral. Y mientras, la guerra sigue.