El avión de la Fuerza Aérea Española en el que viajó Sánchez y su delegación ha aterrizado a las 07:00 hora local

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha llegado este jueves a China. El avión de la Fuerza Aérea Española en el que viajó Sánchez junto al resto de su delegación, de la que forma parte el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha aterrizado en el aeropuerto de Boao, en la isla de Hainan, a las 07:00 hora local.

La primera actividad de su agenda será su participación en el Foro Económico de Boao, conocido como el Davos asiático y en el que intervendrá en su inauguración junto con otros líderes internacionales, entre ellos el primer ministro chino, Li Qiang.

Aprovechando su coincidencia en este foro, Sánchez se reunirá con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, y con representantes de Mitsubishi y Astrazeneca ante la posibilidad de que puedan desarrollar nuevas inversiones en España.

A mitad de la jornada se desplazará a Pekín, donde el viernes mantendrá encuentros con Xi, con el primer ministro, Li Qiang, y con el presidente de la Asamblea Popular, Zhao Leji.

La visita se realiza por invitación del presidente chino y con motivo del 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países, pero la guerra en Ucrania estará en el centro de la conversación de Sánchez con el presidente chino.

Sánchez no viaja como mediador

Sánchez es el primer líder europeo que se verá con Xi en Pekín después de que el líder asiático se reuniese en Moscú con el presidente ruso, Vladímir Putin, para exponerle sus planteamientos para la paz.

Planteamientos que el jefe del Gobierno español podrá conocer también de boca del presidente chino y ante los que, a priori, asegura que tienen puntos interesantes.

No obstante, según fuentes diplomáticas españolas, le trasladará que no puede haber equidistancia ante el conflicto porque hay un claro agresor, Rusia, y que esa es la posición común de la Unión Europea.

La defensa de esa posición no significa, sin embargo, que viaje como mediador o como portavoz de la UE.

Además, Sánchez, que se reunió el mes pasado en Kiev con Volodímir Zelenski, prevé defender ante su interlocutor el plan de paz del presidente ucraniano, quien ha invitado a Xi a desplazarse a su país.

Una misión económica

En una conversación informal con los periodistas que le acompañan en este viaje, el presidente del Gobierno dijo que, además de analizar la situación en Ucrania, tratará con los dirigentes chinos la relación bilateral y la existente entre la UE y el país asiático.

Un aspecto de especial relevancia dado que España asumirá la presidencia comunitaria en el segundo semestre de este año.

Sánchez explicó que tenía intención desde hace tiempo de hacer esta visita a China pero que no había sido posible hasta ahora debido a la pandemia de coronavirus.

La visita, a su juicio, constata la relevancia internacional de España, que dijo que es un reconocimiento que no cae del cielo, sino que se trabaja y es buena para todos.

La agenda de su estancia en Pekín incluirá sendas reuniones con empresarios españoles asentados en China y con representantes de turoperadores chinos para impulsar las visitas turísticas de grupos a España una vez levantada la prohibición que a causa de la pandemia había para ellas.