El Tribunal Constitucional (TC) ha admitido este lunes el recurso de amparo presentado por el PP contra la reforma legal que cambia las mayorías para renovar este órgano por mayoría de seis votos contra cinco. Se trata del mismo recuento con el que ha rechazado las recusaciones del presidente del tribunal, Pedro González-Trevijano, y el magistrado Antonio Narváez, ambos del sector conservador, por lo que no serán apartados de la deliberación. Así lo han decidido en pleno en torno a las siete de la tarde, después de haber estado reunidos desde las diez de la mañana, con un receso a mediodía. Con ello queda suspendida de forma urgente la tramitación parlamentaria, ya en el Senado, de las dos enmiendas por las que se modifica el sistema de elección y llegada de los dos candidatos al TC que nombra el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
La decisión ha provocado una catarata de reacciones de todo tipo. Como ocurrió en el propio tribunal de garantías, donde los magistrados de tendencia conservadora y progresista mostraron diferentes opiniones, el panorama político se ha polarizado al extremo para valorar la resolución. Una de las primeras en hablar ha sido la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, quien ha alertado del “peligro de una potencial deslegitimación del sistema democrático” ante un hecho “sin precedentes”. Batet ha defendido la acción de la Cámara Baja que, ha afirmado, “se guía siempre por el reglamento y en cumplimiento de la Constitución”. Y ha anunciado que presentará alegaciones.
El Senado, en palabras de su presidente, Ander Gil, también se reserva la potestad de “estudiar las vías para preservar la autonomía parlamentaria” una vez analizada en detenimiento la resolución del tribunal. Gil ha calificado el día de “insólito” y ha lamentado que el tribunal “despoje a las Cortes de su facultad de legislar”, comprometiendo “su inviolabilidad”. En su opinión, se ha dado “un paso de difícil retorno en la degradación de nuestro sistema” y que supone “un grave quebranto” y “una crisis institucional sin precedentes”. “Lo que ocurre hoy tendrá un alto coste en términos democráticos mañana”, ha apuntado.
Los presidentes de ambas Cámaras han reconocido que no cabe otra que acatar la decisión del TC, una exposición con la que también ha iniciado su comparecencia el ministro de la Presidencia y mano derecha del presidente, Pedro Sánchez. Félix Bolaños ha dicho que lo ocurrido es “de una gravedad máxima” y algo inédito en los países de nuestro entorno. Bolaños ha cargado contra el PP por mantener el bloqueo del CGPJ, recurrir “todos los avances de la sociedad española” y pretender con sus recursos “controlar el Parlamento cuando tiene mayoría y cuando no la tiene”. En cualquier caso, también ha opinado que la democracia y la Constitución, “como la verdad, se abrirán camino”.
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, por su parte no se ha manifestado públicamente pero fuentes cercanas ella han compartido que este “grave hecho” parte “de la captura de intereses partidistas de la cúpula judicial y de la resistencia del PP a cumplir la Constitución”. Sí ha hablado directamente otra de las componentes del ala morada del Ejecutivo. La ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, ha incidido a través de su cuenta de Twitter en el mensaje de Sánchez de la semana pasada y ha acusado a la “derecha política y judicial” de consumar “un golpe sin precedentes a la democracia”.
Para el líder de Más País, Íñigo Errejón, se ha consumado igualmente “un atropello democrático” y ha anunciado como contraataque que su formación ha registrado en el Congreso una proposición para reformar la ley orgánica del TC y forzar así su renovación. Mientras, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha vuelto a tirar de ironía y ha acudido a sus redes sociales para afear que el TC paralice un pleno “que no les gusta”, instándole a “darle una Champions más al Real Madrid”.
Muy diferentes han sido las reacciones en el lado conservador. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha manifestado que la medida fortalece la democracia. “Frente al ruido y las presiones, seguiremos defendiendo España y las instituciones sin miedo ni cesiones, desde la moderación y la razón”, ha añadido. En términos similares se ha expresado el presidente de Vox. Santiago Abascal ha celebrado el fallo del Constitucional. En su opinión, “debería detener, de momento, el asalto de Sánchez”, pero ha anunciado que “no hay nada ganado” y que seguirán trabajando “para detenerlo de forma definitiva” a través de mociones y más acciones judiciales, ya que, en su opinión, el presidente es “capaz de desoír al tribunal”.
La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha dicho por su parte que “gana la democracia y pierde Sánchez”. “El Gobierno y los partidos que lo apoyan deben acatarlo y aceptar las reglas de la democracia”, ha concluido.
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