Cómo influye la orientación de una vivienda en el consumo de energía

Ahorrar energía en el hogar es uno de los factores clave a la hora de evitar gastar dinero de más en las facturas a final de mes, algo en lo que juega un papel fundamental la climatización de la casa, es decir, la calefacción en invierno y el aire acondicionado en verano. Ambos gastos de energía van a estar muy determinados por la orientación de la fachada principal de la vivienda.

La importancia de la orientación de la casa pasa desapercibida para la mayoría de personas que van a alquilar o comprar una vivienda, sin embargo, es muy importante conocer este dato, ya que es el primero de los factores que influyen en el consumo energético, por delante del consumo que tienen los electrodomésticos. De hecho, muchas viviendas, debido a su orientación, tienen un precio superior a otra similar, pero cuya ubicación es diferente.

Esto es debido a que mantener la temperatura adecuada para conseguir un ambiente de confort en el interior de la vivienda es importante tanto en verano como en invierno, por lo que siempre hay que invertir dinero en poner el aire acondicionado o la calefacción.

Las diferentes orientaciones de las fachadas

De este modo, para hacerse una idea general de las diferentes orientaciones principales de una vivienda y cómo afectan estas a la salida y puesta de sol y, por tanto, a la temperatura en el interior, desde Endesa han resumido cada una de ellas, teniendo en cuenta que el nivel de afectación puede variar de unas regiones a otras, ya que no es igual el clima del norte que el del sur:

  • Fachada hacia el este: recibe la luz directa del sol por la mañana, por lo que, después del mediodía, la fachada tiende a enfriarse al no recibir irradiancia directa, lo que se traduce en noches más frías.
  • Fachada hacia el oeste: no recibe luz directa por las mañanas, todo lo contrario. La luz solar empieza a apuntar la fachada desde mediodía y hasta el anochecer. Es una de las direcciones que más irradiancia total recibe, sobre todo, al sur de España. Las noches en el interior de la casa serán más cálidas.
  • Fachada hacia el sur: esta es la que más luz recibe a lo largo del día, sobre todo, en el norte de España. La luz da de manera directa en la fachada desde primera hora de la mañana y hasta que se pone el sol. Tanto el día como la noche serán muy cálidas en el interior de la casa.
  • Fachada hacia el norte: se trata de la orientación más fría de la vivienda. En España no recibe irradiancia solar directa en todo el día. En este tipo de fachadas es en el que hay que instalar métodos de aislamiento para evitar la entrada de frío, sobre todo, de cara al invierno.

Teniendo todo esto en cuenta, está claro que en invierno lo más óptimo es tener una vivienda con fachada sur, para aprovechar al máximo los rayos de sol y, de este modo, no gastar tanto en calefacción. Sin embargo, en verano, sería la situación contraria. Así, lo mejor es tener sentido común y pensar en el tipo de clima que existe en nuestra localidad.

Por ejemplo, las personas que vivan en el sur de España, donde los inviernos no son tan fríos y los veranos son muy cálidos, una fachada hacia el norte o hacia el este sería lo más recomendado, de cara a no pasar excesivo calor por las noches. Igualmente, se puede optar por una vivienda en un piso bajo, de tal modo que, aunque se tenga orientación sur, haya edificios por delante que frenen los rayos solares y no caigan directamente sobre la fachada.

En cambio, si se reside en una zona donde las temperaturas en invierno son muy bajas, hay bastante humedad y, además, las noches de verano tampoco dejan valores meteorológicos muy altos, merece la pena aprovechar al máximo la luz solar, evitando que la casa se mantenga fría durante todo el día. La fachada principal ideal sería apuntando hacia el sur.