Sandra Palo Bermúdez fue brutalmente violada y asesinada en la madrugada del 17 de mayo de 2003. Tenía 22 años y una discapacidad psíquica leve. Cuatro jóvenes la secuestraron, violaron por turnos, atropellaron y quemaron viva. La conmoción que causaron los hechos aún resuena hoy, veinte años después. Imposible olvidarlo.
Sandra
Vecina de Getafe (Madrid), era la mayor de tres hermanos y padecía una pequeña discapacidad intelectual por culpa de un accidente de tráfico. Con nueve años, iba junto a su hermana en un coche que conducía su padre cuando ambas salieron despedidas por el parabrisas. Sandra sufrió un golpe en la frente. Le quedó una cicatriz en la ceja izquierda y el hundimiento del cráneo en esa parte.
Los hechos
El 17 de mayo de 2003, cuando regresaba a su casa en Getafe, Sandra Palo fue secuestrada, violada y asesinada en un descampado de Leganés (Madrid). Su cuerpo carbonizado apareció en una cuneta.
La chica esperaba el autobús junto a un amigo (al parecer un exnovio) cuando un Citroën ZX verde oscuro se detuvo. Dentro, los cuatro jóvenes que luego fueron acusados de su asesinato: Francisco Javier Astorga Luque, Malaguita (18 años), Ramón Santiago Jiménez, Ramón (17), José Ramón Manzano Manzano, Ramoncín (17) y Rafael García Fernández, Rafita (14).
Cuentan que Malaguita, el mayor, dijo: “Quiero liarme con esa”. Con un cuchillo, les obligaron a subir. Pocos metros después hicieron bajar al amigo y prosiguieron con Sandra. Pararon en un descampado en la carretera de Toledo (N-401).
Ya fuera del vehículo, tres de los cuatro violaron a Sandra por turnos. Ella creyó que podría irse, pero cuando trató de vestirse y andar a duras penas los delincuentes pensaron que podría identificarles. El Malaguita atropelló a Sandra hasta en quince ocasiones. Como seguía viva, fueron a comprar gasolina. La rociaron sobre la joven y la prendieron fuego. Así, casi carbonizada, Sandra muere.
Las detenciones
El cuerpo fue encontrado a la mañana por un camionero en una cuneta junto a una empresa de rótulos. Según la autopsia, la mujer presentaba múltiples y graves lesiones, hemotórax bilateral, fractura de columna vertebral, marcas de rodaduras neumáticas en los muslos, una bolsa grapada al cuello y carbonización de casi todo su cuerpo.
Un mes después de los hechos, ya en junio, la policía detuvo a cuatro jóvenes. El coche de los asesinos nunca fue hallado.
Los asesinos violadores
Los cuatro implicados acumulaban hasta el momento de su detención en junio de 2003 más de 700 denuncias por diversos delitos de faltas, robos y vandalismo. Los acusados por la violación y asesinato de Sandra eran estos cuatro:
Rafael García Fernández, Rafita (14 años)
Procedente del poblado chabolista de Las Mimbreras, era miembro de la ‘banda del chupete’, de la que formaba parte desde los 7 años. Tenía antecedentes por haber disparado con una escopeta de perdigones a cuantos pasaban por una avenida de Villaviciosa de Odón, llegando a herir a varios viandantes que requirieron de asistencia sanitaria.
Ramón Santiago Jiménez, Ramón (17 años) y José Ramón Manzano Manzano, Ramoncín (17 años)
Fueron detenidos a finales de junio de ese mismo año en sus domicilios de la Cañada Real y Alcorcón.
Francisco Javier Astorga Luque, Malaguita (18 años)
Detenido el 12 de junio en el distrito de Puente de Vallecas de Madrid tras robar un vehículo y atropellar a un peatón.
Las condenas
A aquellos chavales que acabaron con la vida de Sandra se les aplicaron las medidas más duras posibles según la Ley. Sólo uno de ellos, Malaguita, el único mayor de edad en el momento del crimen, sigue en prisión.
Ramón Santiago Jiménez, Ramón, y José Ramón Manzano Manzano, Ramoncín
Fueron sentenciados a cumplir 17 años de internamiento. Cumplieron condena desde octubre de 2003 hasta 2012. Luego, al salir, continuaron delinquiendo. La última noticia del primero es de septiembre del pasado año, cuando fue arrestado por rociar con un extintor a un hombre para robarle 6.000 euros. Hoy tienen 36 años.
Rafael García Fernández, Rafita
Fue acusado de secuestro, violación y asesinato. Juzgado por la Ley del Menor, fue condenado a cuatro años en el Centro de Internamiento El Renasco de Carabanchel (Madrid) y a tres años de libertad vigilada. En 2010, había cumplido con la justicia. Desde entonces no ha dejado de delinquir (lo hizo también durante el periodo de libertad vigilada).
Francisco Javier Astorga Luque, Malaguita
Fue condenado a 64 años de prisión por tres delitos de violación y uno de asesinato con los agravantes de alevosía y ensañamiento. Hoy tiene 38 años y cumple condena en la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real). Le quedan, al menos, otros cinco años en prisión.
Endurecer o no la Ley del menor
El caso de Sandra Palo levantó un gran revuelo mediático y puso en tela de juicio la Ley de Responsabilidad Penal del Menor. Se habló mucho de endurecer las penas de los menores delincuentes, hubo manifestaciones y María del Mar Bermúdez, madre de la chica, organizó recogidas de firmas. En 2005, se entregaron en el Congreso de los Diputados un total de 1.200.000 firmas de ciudadanos que apoyaban su petición.
Hubo algunos cambios en la Ley del Menor. En 2006 se aprobó una norma que alargaba el máximo de las medidas de internamiento a los menores de 16 hasta los cinco años y que aumentaba el tiempo de medidas cautelares contra los menores desde los seis meses hasta los nueve.
Insatisfechos con esas modificaciones, los padres de Sandra han proseguido y en Change.org sigue viva una recogida de firmas para el Parlamento Europeo en el mismo sentido: una reforma de la ley menor.
En 2018, la madre de Sandra volvió a salir a la calle para recoger firmas. La pretensión seguía siendo que los menores de 14 años pudieran ser imputados, algo imposible según la actual norma.
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