Así se hace la salsa carbonara sin nata, la ‘vera ricetta’ romana

La pasta lo admite todo… o casi. En este país a muchos les gusta hacer una salsa con nata, cebolla y bacon para acompañar unos espaguetis. Salen jugosos y sabrosos. Gustan mucho, pero no lo llamemos pasta a la carbonara.

La salsa carbonara no lleva nata; no lleva cebolla; y (puestos a decir cómo son las cosas) tampoco lleva bacon. Básicamente, es una salsa de huevo y queso, a la que luego se le añade la panceta.

La receta original italiana -nacida en Roma- lleva queso pecorino y guanciale

La receta original italiana -nacida en Roma- se elabora con yemas de huevo, queso pecorino y guanciale, que es la carrillera de cerdo curada en pimienta negra. Si queremos cumplir con la ortodoxia romana lo vamos a tener difícil por el guanciale.

No es fácil encontrarlo en España. Si toca sustituirlo que sea por panceta y no por bacon. Pero si nos da igual eso de cumplir con la ortodoxia italiana, podemos apostar por el ahumado del bacon.

En el caso del queso, el pecorino se hace con leche de oveja (en italiano pecora significa oveja). Se elabora en el sur de Italia, donde hay cuatro pecorinos con Denominación de Origen Protegida. Si tenemos problemas para encontrarlo, podemos sustituirlo por parmesano, que “se le parece”.

El pecorino se elabora en el sur de Italia con leche de oveja (‘pecora’ significa oveja)

Hay salsas de pasta que se pueden aplicar a otro tipo de alimentos. Es el caso de las basadas en el tomate, que podríamos utilizar para acompañar huevos, carne, pescado, etc. Pero la salsa carbonara está pensada para la pasta… aunque se admiten sugerencias.

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