Clonación virtual: la solución de Tuvalu, un país que podría desaparecer

<p><b>Tuvalu se está ahogando, literalmente</b>. El país insular situado en medio del océano Pacífico ha visto crecer el nivel del mar que le rodea seis centímetros en los últimos 30 años y teme que si el calentamiento global supera el umbral de 1,5 grados centígrados, el agua se lo habrá tragado para finales de siglo. Con estas predicciones, <b>en </b><b>el año 2100, un 95% del territorio tuvaluano no estará ya en la superficie.</b></p><p>Se trata del cuarto país más pequeño del mundo con poco más de 11.000 habitantes, que luchan por evitar su desaparición. Su primer ministro, Kausea Natano, pidió a la COP-27 (la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático) que se detuviese la proliferación de combustibles fósiles: “Los mares que se calientan están comenzando a tragarse nuestras tierras, centímetro a centímetro. Pero <b>la adicción del mundo al petróleo, el gas y el carbón no puede hundir nuestros sueños bajo las olas”.</b></p><p>Ante este futuro tan impreciso, el país del continente oceánico asediado por el agua busca alternativas para su supervivencia, creando el proyecto Futuro Ahora, que incluye tres iniciativas: alentar a la comunidad internacional a trabajar contra el cambio climático, asegurar la condición de Estado y las fronteras marítimas de Tuvalu en virtud del derecho internacional en caso de que su territorio deje de existir… <b>y</b> <b>el desarrollo de una nación digital.</b></p><h2>Un mundo virtual</h2><p>Se trata de construir un mundo virtual para que, en caso de desaparición, Tuvalu no quede en el olvido. Ya se ha llevado a cabo una clonación virtual de una de las islas del archipiélago: Te Afualiku. Gracias a imágenes de satélites, fotografías y filmaciones de drones, se han conseguido<b> recrear los elementos que conforman la isla</b>, como las palmeras, los granos de arena, la dirección de las olas del mar… </p><p>Pero esto no se queda aquí. La intención no es crear un museo virtual para rememorar el pasado. El país seguiría existiendo como un país virtual, <b>con los servicios gubernamentales y las administraciones transferidos a la nube.</b> La propuesta de este insólito plan B es que, aunque los ‘habitantes’ estuviesen físicamente en otro país, seguirían teniendo la nacionalidad tuvaluana y seguiría habiendo representación institucional del país y elecciones.</p><p><span>Simon Kofe, ministro de Justicia, Comunicaciones y Relaciones Exteriores de Tuvalu, dijo lo siguiente: </span>”Si tenemos un gobierno desplazado o una población dispersa por todo el mundo, tendríamos un marco establecido para<b> garantizar que continuamos coordinándonos,</b> brindando nuestros servicios, administrando nuestros recursos naturales en nuestras aguas y todos nuestros activos soberanos”.</p><h2>El asilo de la población de Tuvalu</h2><p>Según informa<i> The Guardian</i>, alrededor de una quinta parte de la población de Tuvalu ya se ha mudado. ¿A dónde? Por el momento, la mayoría opta por <a href=”https://www.20minutos.es/minuteca/nueva-zelanda/” title=”Nueva Zelanda”>Nueva Zelanda</a>, que cuenta con un plan de acogida, de la mano de la <b>Categoría de Acceso del Pacífico. </b></p><p>El Gobierno neozelandés expone que este visado especial, dirigido a varios países del Pacífico, permite que hasta <b>150 ciudadanos de Tuvalu </b>obtengan residencia en Nueva Zelanda cada año. Sin embargo, este aval es muy restringido, pues solamente pueden disfrutarlo las personas de entre 18 y 45 años.</p><p>Por su parte, Australia arrancará <b>a finales de 2023 el Visado de Compromiso del Pacífico</b>, bajo el cual “se asignarán hasta 3000 visas a los isleños del Pacífico anualmente”. “Los seleccionados en la boleta podrán solicitar la residencia permanente en Australia”, concretan en la web oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio del Gobierno de Australia.</p>