Que levante la mano quien no haya tenido buenas intenciones de reutilizar la comida sobrante, pero al final haya tenido que tirarla porque se ha olvidado de su existencia, o porque no supo conservarla como debía.
Para evitar dar al traste con algo tan sostenible como la cocina de reaprovechamiento, os vamos a dar las 10 reglas de oro para que esas sobras que merecen una segunda oportunidad lleguen a su destino (que no es la basura). Además de optimizar nuestros recursos, si guardamos las sobras en el frigorífico de la manera correcta, estaremos ahorrando mucho dinero. ¡Despilfarrar se va a acabar!
Con el objetivo de mostraros los mejores consejos de almacenamiento y conservación de los alimentos sobrantes, 20minutos ha consultado con el cocinero finalista de la primera edición de Masterchef, Fabián León, abanderado de la lucha contra el desperdicio en la cocina. Fabián nos ha dado un montón de ideas que, aún pareciendo tan sencillas, no (siempre) forman parte de nuestras rutinas. Tomad buena nota.
1- A vista de pájaro
“La regla de oro número 1 de la conservación de sobras consiste en que éstas tienen que ser lo que más se vea en la nevera. Si conseguimos que estén muy presentes en todo momento, ayudaremos a que sean consumidas cuanto antes“, explica a este diario Fabián León.
“Este punto es el más importante porque de nada sirve dejar estos alimentos en la nevera, al fondo, si las vamos a ver 6 días después cuando ya se han estropeado“, concluye el cocinero.
2- Transparente como el cristal
León aconseja, también, que “todas las sobras que almacenes estén bien envasadas, en tuppers de cristal transparente (preferible al plástico) para que podamos visualizar su contenido de un golpe de vista”.
3- Cuadrados, y variados
Otro consejo práctico cuando las sobras se nos acumulan y queremos darle salida a todas para no despilfarrar el dinero, consiste en “intentar que los envases de cristal en los que las guardamos sean cuadrados o rectangulares, puesto que resulta mucho más fácil de apilar, y caben más. Es bueno tenerlos de diferentes tamaños, puesto que necesitaremos uno más grande para las sobras de un guiso, pero para un poco de salsa bastará con un tupir pequeño”, explica el finalista de Masterchef.
Para concretar aún más, en lo que se refiere a la importancia del envase en que guardamos las sobras, debemos apunar a que el cierre debe ser hermético, y que no conviene que sean demasiado profundos porque empeoraría su refrigeración.
4- Poner etiquetas ayuda
“A ser posible, pon etiquetas a todos los envases de almacenamiento. De esta manera, será mucho más fácil identificarlas, evitar contaminaciones y también ‘acabar con ellas’ cuanto antes”. La fecha de envasado nos recordará las que tienen más prisa por salir y las que pueden esperar un poco.
5- No mezcles, ¡separa!
A la hora de colocar en la nevera los alimentos que han quedado después de cocinar, y con el propósito de poder reutilizarlos en los días posteriores de la mejor manera posible, no los mezcles. Al tenerlos por separado, podrás hacerte una composición visual más acertada a la hora de pensar dónde piensas reutilizarlos. Además, evitarás que se mezclen los sabores y que se produzca una contaminación cruzada que haga que queden inservibles.
6- Que no te den la lata
En caso de que lo que te sobre sea una conserva que viene en su lata, y una vez abierta, cámbiala de lugar a un envase de cristal siempre. El latón tiene un proceso rápido de oxidación y, además de modificar el sabor del alimento, pondrá en riesgo tu salud.
7- ¿En crudo o cocinado?
Cuando nos quedan restos por la cocina, siempre es mejor guardarlos cocinados que crudos, puesto que de esta manera su vida será un poco más larga. Si, aún así, decides guardarlo sin cocinar, hazlo en un envase individual y siempre separado de lo que sí ha tenido su proceso de elaboración.
En caso de que lo que desees conservar unos días más esté cocinado, espera a que se haya enfriado para meterlo en el frigorífico para no romper la cadena de frío. A la hora de recalentarlo unos días después, que sea a más de 60º de temperatura para asegurarnos de la eliminación de las posibles bacterias.
8- Improvisando, que es gerundio
En función de la comida que te haya sobrado el día anterior, inventa el menú que vas a preparar, improvisa. Aunque tuvieras previsto otro, siempre es mejor que vayas ‘tirando’ de las sobras, a que cocines alimentos que pueden aguantar en la nevera sin problema.
En este particular, existen multitud de páginas webs (como puede ser supercook.com) en las que tú pones los ingredientes que te han sobrado, y ellas te proponen una o varias recetas para aprovecharlas, desde purés originales a platos más sofisticados. Más facilidades para no tirar la comida, imposible.
9- Todo al verde
En ocasiones pensamos que si nos han sobrado hojas de espinacas, lechuga o cualquier otra verdura de hojas verdes lo mejor que podemos hacer es desecharlas porque van a quedarse mustias. Sin embargo, existe un truco infalible: mete esas hojas sobrantes en un frasco alto, coloca un papel de cocina humedecido –no empapado– sobre él, y cierra herméticamente. Te sorprenderá ver que no se estropean tan rápidamente.
10- Siempre nos quedará congelar
Cuando veas que la comida sobrante es cuantiosa, y no creas que vayas a poder consumirla toda en los días siguientes, ha llegado el momento de congelarla. De la misma manera que en la nevera, métela en envases adecuados y con su etiqueta correspondiente. Para congelar sobras, es aún más importante hacerlo con anotaciones sobre su fecha de cocinado y congelado, para calcular hasta cuándo podremos esperar para darle esa segunda oportunidad.
Las sobras frescas que vayas a congelar (no cocinadas) puedes meterlas en bolsas de plástico herméticas con etiqueta.
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